Declaración de posicionamientos y buenas prácticas en el ejercicio profesional de la logopedia
13. Disfunciones orofaciales
Descarga el capítuloEl logopeda es el profesional sanitario competente para la prevención, la exploración, el diagnóstico y el tratamiento de las disfunciones orofaciales, especialmente en las alteraciones de respiración, succión, masticación y deglución, y debe mantener una formación continua y especializada en sus causas e intervenciones.
El CLC promueve la investigación para conocer la prevalencia de las disfunciones orofaciales, desarrollar pruebas y protocolos de evaluación e intervención en catalán y castellano, así como crear conjuntos básicos de categorías CIF que permitan valorar su impacto en la función y la vida diaria.
El CLC defiende un abordaje interdisciplinario que cuente con la participación de pediatras, odontólogos, cirujanos maxilofaciales, fisioterapeutas y otros profesionales, así como con la implicación de la familia, para garantizar una intervención eficaz e integral. Insta a evitar el uso de prácticas carentes de evidencia científica o alejadas de los estándares actuales de calidad asistencial.
Intervenciones preventivas
El CLC orienta a los profesionales de la práctica clínica a intervenir de manera preventiva en los siguientes elementos de las disfunciones orofaciales.
En relación con la función respiratoria, hay que tener en cuenta que la respiración se desarrolla junto con los cambios anatómicos y fisiológicos de todas las estructuras implicadas. Al nacer, el niño presenta un patrón respiratorio correcto, de tipo abdominal con un modo respiratorio predominantemente nasal. Las influencias ambientales y los factores hereditarios son los que hacen que se mantenga o se modifique el modo o el tipo, lo que implica alteraciones en el crecimiento orofacial. Realizar una prevención para evitar este cambio de modo y tipo respiratorio es un factor importante para la prevención de la salud. Un tipo respiratorio intercostal o abdominal, con un modo respiratorio predominantemente nasal, facilita el desarrollo facial de forma adecuada. El crecimiento maxilar y la postura idónea de la mandíbula, mediante la acción de la musculatura, aporta el contacto correcto entre arcos dentales y favorece la postura correcta en reposo de labios, lengua y mejillas. De esta forma se consigue un desarrollo equilibrado y correcto de la estructura orofacial que facilita la realización de las funciones estomatognáticas.
Por todos estos motivos, es imprescindible realizar un trabajo temprano y adecuado a las características de cada uno de los pacientes para evitar consecuencias negativas a corto, medio o largo plazo, tanto en las estructuras orales implicadas, como en la vida diaria del paciente.
Podemos afirmar que la succión no nutritiva prolongada (por ejemplo: dedo, chupete u otros objetos) es un factor de riesgo de maloclusión. Los hábitos de succión que persisten durante los años de dentición primaria tienen pocos efectos negativos, si los hay, a largo plazo sobre la dentición y, en general, provocan maloclusión teniendo en cuenta la frecuencia, la intensidad, la predisposición genética cuando persisten más allá del tiempo en que empiezan a salir los dientes definitivos. Se puede orientar a los padres, madres y cuidadores a ignorar las conductas problemáticas y ofrecer elogios, atención positiva y recompensas cuando el hijo participa en un comportamiento bucal adecuado para ayudar al niño a romper el hábito.
En relación con la alimentación, es clave la introducción de alimentos duros, secos y fibrosos cuando sea el momento oportuno para favorecer el correcto crecimiento orofacial de los niños, así como la maduración adecuada de los movimientos orofaciales relacionados con la masticación y la deglución.
Otros aspectos a tener en cuenta y que son altamente frecuentes son los malos hábitos posturales (mano mandíbula, posición cuando duerme, en el sofá) que pueden afectar negativamente al crecimiento orofacial y que, si el entorno ayuda a limitarlos o eliminarlos, favorecerán el correcto crecimiento orofacial.
El CLC aconseja a profesionales clínicos, investigadores y estudiantes realizar estudios de intervenciones preventivas en las disfunciones orofaciales.