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Declaración de posicionamientos y buenas prácticas en el ejercicio profesional de la logopedia

17. Alteraciones de la fluidez del habla

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El logopeda es el profesional sanitario competente para valorar, diagnosticar e intervenir en las alteraciones de la fluidez del habla, y debe mantener una formación especializada y actualizada para abordar su naturaleza multifactorial desde un enfoque basado en la evidencia.

El CLC impulsa la investigación sobre la prevalencia, el impacto funcional, la evaluación y la intervención en las alteraciones de la fluidez, y promueve la creación de instrumentos adaptados al contexto lingüístico y cultural, especialmente en catalán y castellano.

El CLC defiende un abordaje interdisciplinario y centrado en la persona, liderado por el logopeda y en coordinación con psicólogos, pediatras, educadores y otros profesionales sanitarios. Aconseja evitar prácticas sin aval científico y favorecer intervenciones integradoras que tengan en consideración las dimensiones emocionales, sociales y comunicativas del trastorno.

Definición

La tartamudez, o disfemia, es un trastorno de la fluidez del habla que se caracteriza por interrupciones involuntarias del flujo verbal, como repeticiones de sonidos, sílabas, palabras o frases, prolongaciones de sonidos y bloqueos (paradas involuntarias con tensión física observable). Estas interrupciones suelen acompañarse de comportamientos secundarios, tales como tics faciales, movimientos corporales inusuales o esfuerzo muscular excesivo, así como reacciones emocionales como ansiedad, vergüenza o frustración ante la comunicación oral.

Es importante distinguir las disfluencias típicas del desarrollo de las alteraciones persistentes que interfieren con la comunicación y el bienestar de la persona. Aunque en fases iniciales puede parecer un fenómeno transitorio del desarrollo lingüístico, especialmente entre los 2 y 5 años, la presencia de bloqueos con tensión, reacciones emocionales negativas y conductas de evitación puede indicar una alteración de la fluidez del habla persistente que requiere intervención logopédica. Esta alteración a menudo no se puede explicar por ningún otro trastorno neurológico, sensorial o psiquiátrico y no tiene una causa única conocida.

Es esencial destacar que la vivencia subjetiva del trastorno tiene un papel fundamental en su identificación y tratamiento. La distinción entre las pausas habituales del habla y las disfluencias patológicas suelen deberse a la percepción de pérdida de control y las reacciones sociales y emocionales que estas generan.

Ante la diversidad terminológica presente en la literatura (disfluencia, disfemia, tartamudez, trastorno de la fluidez del habla), el CLC propone el uso del término «alteraciones de la fluidez del habla», en línea con la clasificación funcional y terminológica de la CIF.