Declaración de posicionamientos y buenas prácticas en el ejercicio profesional de la logopedia
17. Alteraciones de la fluidez del habla
Descarga el capítuloEl logopeda es el profesional sanitario competente para valorar, diagnosticar e intervenir en las alteraciones de la fluidez del habla, y debe mantener una formación especializada y actualizada para abordar su naturaleza multifactorial desde un enfoque basado en la evidencia.
El CLC impulsa la investigación sobre la prevalencia, el impacto funcional, la evaluación y la intervención en las alteraciones de la fluidez, y promueve la creación de instrumentos adaptados al contexto lingüístico y cultural, especialmente en catalán y castellano.
El CLC defiende un abordaje interdisciplinario y centrado en la persona, liderado por el logopeda y en coordinación con psicólogos, pediatras, educadores y otros profesionales sanitarios. Aconseja evitar prácticas sin aval científico y favorecer intervenciones integradoras que tengan en consideración las dimensiones emocionales, sociales y comunicativas del trastorno.
Gradación de severidad, consecuencias y soportes
La clasificación de la severidad en las alteraciones de la fluidez del habla permite identificar el grado de afectación funcional y orientar las decisiones clínicas, tanto en la planificación del tratamiento como en la adaptación de los soportes. Esta gradación tiene en cuenta la intensidad y frecuencia de las disfluencias, la conciencia y reacción emocional del paciente, la interferencia en la comunicación y el impacto en su calidad de vida.
Grado 0: leve o mínima alteración de la fluidez del habla
Limitación funcional casi inexistente. Comunicación efectiva con fluidez verbal alterada de forma ocasional. Disfluencias esporádicas (≤10 por cada 100 palabras), con repeticiones simples (una unidad). Ausencia de conciencia o preocupación. Puede coexistir con ligeras imprecisiones articulatorias o pausas innecesarias. Posible presencia de movimientos accesorios sutiles (parpadeo, leves tensiones). El impacto en la participación social y la expresión emocional es nulo o muy limitado.
Grado I: moderada alteración de la fluencia
Comunicación funcional mantenida, pero con esfuerzo perceptible y ciertas dificultades para sostener el discurso. Presencia de más de diez disfluencias por 100 palabras, a menudo con repeticiones de dos unidades o más, prolongaciones e interjecciones. La persona puede mostrar reacciones puntuales como sorpresa o leve frustración. La conciencia es emergente. Los interlocutores entienden el mensaje con ayuda contextual o con estrategias compensatorias propias del paciente. Impacto moderado en actividades escolares o sociales que impliquen habla espontánea.
Grado II: grave alteración de la fluencia
La fluidez verbal está profundamente comprometida, dificulta la comunicación espontánea, especialmente con desconocidos. Disfluencias múltiples, prolongadas e intensas, con conductas de escape (elevación del tono, parpadeo, postura rígida). La persona experimenta elevados niveles de ansiedad o frustración y puede comenzar a desarrollar conductas evitativas. La calidad del discurso es irregular, rápida o fragmentada. El mensaje puede ser comprensible pero con esfuerzo por parte del oyente. Impacto significativo en la participación escolar, familiar y comunitaria.
Grado III: alteración muy grave de la fluidez del habla
Limitación marcada de la expresión oral. El discurso se reduce a palabras y frases cortas con fluidez verbal altamente comprometida. Requiere soporte explícito del interlocutor para completar el mensaje. Las emisiones son en bloques, con flujo de aire cerrado y tensión notable. La participación en actividades verbales se ve profundamente limitada. El niño o adulto puede colaborar en conversaciones estructuradas pero con ayuda. Presencia de bloqueos previos a la fonación, expresiones faciales tensas y movimientos corporales asociados. Riesgo muy alto de cronificación y de consecuencias emocionales negativas.
Grado IV: alteración muy severa, con bloqueo de la comunicación
Emisiones extremadamente tensas y bloqueadas, con temblores, roturas respiratorias y bloqueos largos que imposibilitan el mensaje. La angustia emocional es evidente tanto en la persona como en su entorno (familia, profesores). La comunicación oral es inoperativa o se abandona voluntariamente. Se observan conductas evitativas severas. Aparecen estrategias no verbales para evitar hablar. El mensaje solo se expresa en contextos muy protegidos o previsibles. Impacto muy alto en todas las esferas de la vida: social, escolar, emocional e identitario.