Declaración de posicionamientos y buenas prácticas en el ejercicio profesional de la logopedia
13. Disfunciones orofaciales
Descarga el capítuloEl logopeda es el profesional sanitario competente para la prevención, la exploración, el diagnóstico y el tratamiento de las disfunciones orofaciales, especialmente en las alteraciones de respiración, succión, masticación y deglución, y debe mantener una formación continua y especializada en sus causas e intervenciones.
El CLC promueve la investigación para conocer la prevalencia de las disfunciones orofaciales, desarrollar pruebas y protocolos de evaluación e intervención en catalán y castellano, así como crear conjuntos básicos de categorías CIF que permitan valorar su impacto en la función y la vida diaria.
El CLC defiende un abordaje interdisciplinario que cuente con la participación de pediatras, odontólogos, cirujanos maxilofaciales, fisioterapeutas y otros profesionales, así como con la implicación de la familia, para garantizar una intervención eficaz e integral. Insta a evitar el uso de prácticas carentes de evidencia científica o alejadas de los estándares actuales de calidad asistencial.
Equipamiento
Para la intervención logopédica en alteraciones de las funciones orofaciales, el equipamiento necesario es el habitual en un servicio de logopedia infantil o de adultos. Se necesitan mesas y sillas adaptadas a la edad de los pacientes, espejos de cuerpo y pequeños, depresores o guía lenguas, guantes estériles para las acciones intraorales... También puede ser adecuado disponer de otros equipos como aparatos de electroestimulación, vibradores, bolsas de calor y frío, crema, entre otros.
Es fundamental que los logopedas apliquen rigurosas medidas de higiene para garantizar la seguridad tanto de los pacientes como de ellos mismos. Estas medidas incluyen la desinfección regular del material y superficies de trabajo, el lavado de manos antes y después de cada sesión, el uso de utillaje de un solo uso cuando sea posible, y la ventilación adecuada de los espacios. Además, en los casos que así lo requieran, como en situaciones de riesgo de contagio, es importante utilizar mascarilla y guantes, y seguir los protocolos establecidos por las autoridades sanitarias. Estas prácticas son esenciales para prevenir infecciones y crear un entorno terapéutico seguro y de confianza.