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Declaración de posicionamientos y buenas prácticas en el ejercicio profesional de la logopedia

6. Trastornos del Espectro Autista

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El logopeda es el profesional sanitario competente para el cribado, la evaluación, el diagnóstico y la intervención en las dificultades de comunicación, interacción y alimentación relacionadas con el autismo, y debe contar con una formación actualizada, especializada y basada en la evidencia.

El CLC impulsa la investigación sobre la prevalencia, el cribado, la evaluación funcional, la calidad de vida y la intervención logopédica en el autismo, promueve el desarrollo de instrumentos adaptados lingüística y culturalmente.

El CLC defiende un abordaje interdisciplinario, centrado en la persona y su familia, que reconozca el valor de la neurodiversidad. Insta a evitar el uso de prácticas carentes de evidencia científica o alejadas de los estándares actuales de calidad asistencial.

Objectivos

  • Habilidades: habilitar la función alterada, incluida la comprensión del lenguaje y la capacidad de utilizar un lenguaje expresivo.
  • Actividad: minimizar la discapacidad en la comunicación garantizando el uso máximo de las habilidades actuales. Puede incluir estrategias compensatorias y medios de comunicación alternativos.
  • Participación: permitir la participación según las circunstancias de cada individuo y sus preferencias. Desarrollar habilidades y confianza social, promover la independencia y toma de decisiones. Reducir el aislamiento y aumentar la integración social.
  • Bienestar: maximizar la sensación de bienestar y la calidad de vida de las personas. Desarrollar estrategias de afrontamiento.


Los objetivos generales de la rehabilitación de los trastornos del lenguaje son:

  • Potenciar la adquisición de un grado de competencia lingüística que les permita la comunicación, la socialización, el aprendizaje y el desarrollo personal y emocional.
  • Desarrollar las habilidades lingüísticas orales y escritas de las personas con TEA a su máximo potencial.
  • Enseñar estrategias a las personas con TEA y a quienes les rodean para reducir el impacto de sus dificultades en la comunicación y mejorar su acceso a la educación, el empleo, los servicios públicos y las actividades.
  • Apoyar a las escuelas para que integren estrategias en el currículo para favorecer el aprendizaje y el uso del lenguaje de los niños.