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Declaración de posicionamientos y buenas prácticas en el ejercicio profesional de la logopedia

15. Trastornos aerodigestivos

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El logopeda es el profesional sanitario competente para prevenir, evaluar, diagnosticar e intervenir en los trastornos de las vías aerodigestivas, concretamente en las alteraciones de la voz, la deglución y la respiración, y debe mantener una formación específica y actualizada en este ámbito.

El CLC impulsa la investigación sobre la prevalencia, el impacto funcional, la evaluación y la intervención en los trastornos aerodigestivos, promueve la creación y validación de instrumentos adaptados al contexto lingüístico y cultural en catalán y castellano.

El CLC defiende un abordaje interdisciplinario y basado en la evidencia en el tratamiento de los trastornos aerodigestivos, y fomenta la colaboración entre profesionales y la participación activa de la persona y su entorno. Aconseja evitar prácticas clínicas no fundamentadas científicamente.

Consideraciones de evaluación

Consideraciones culturales e individuales

Los logopedas deben llevar a cabo las evaluaciones de forma sensible a los antecedentes culturales del individuo, sus creencias, prácticas, hábitos dietéticos, su historia de conductas alimentarias desordenadas y sus preferencias para la intervención médica. Las creencias culturales, religiosas e individuales sobre las prácticas alimentarias pueden afectar al nivel de confort o a la voluntad de un individuo de participar en la evaluación. Algunos hábitos alimentarios que parecen ser un signo de un trastorno aerodigestivo (por ejemplo, evitar ciertos alimentos o negarse a comer otros) pueden estar relacionados con diferencias culturales en los hábitos alimentarios o pueden ser síntomas de un trastorno alimentario.

Las creencias y preferencias individuales se deben tener en cuenta a la hora de proporcionar educación y recomendaciones. Las estrategias de entrevistas que tienen en cuenta las variantes etnográficas pueden ayudar a recopilar información útil para la comprensión del caso y, por tanto, para la intervención logopédica. La colaboración con otros profesionales (por ejemplo, agente cultural, proveedor de salud mental, dietista registrado, etc.) puede ser beneficiosa.

También hay que tener en cuenta, en las evaluaciones videofluoroscópicas, el impacto potencial de la concentración de bario y la viscosidad de los estímulos de prueba para todos los individuos. Esto es particularmente importante para bebés y niños pequeños con trastornos aerodigestivos.

Durante el examen, también se deben valorar posibles intervenciones y las recomendaciones de tratamiento (posicionamiento, utensilios, tipo de botellas y tetinas, texturas y viscosidad líquida, y estrategias compensatorias).