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Declaración de posicionamientos y buenas prácticas en el ejercicio profesional de la logopedia

6. Trastornos del Espectro Autista

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El logopeda es el profesional sanitario competente para el cribado, la evaluación, el diagnóstico y la intervención en las dificultades de comunicación, interacción y alimentación relacionadas con el autismo, y debe contar con una formación actualizada, especializada y basada en la evidencia.

El CLC impulsa la investigación sobre la prevalencia, el cribado, la evaluación funcional, la calidad de vida y la intervención logopédica en el autismo, promueve el desarrollo de instrumentos adaptados lingüística y culturalmente.

El CLC defiende un abordaje interdisciplinario, centrado en la persona y su familia, que reconozca el valor de la neurodiversidad. Insta a evitar el uso de prácticas carentes de evidencia científica o alejadas de los estándares actuales de calidad asistencial.

Información mínima necesaria del derivador

En el contexto de la atención sanitaria, el usuario será derivado al servicio de logopedia por parte del pediatra y será necesario que aporte información relativa a:

  • Orientación diagnóstica con información de las estructuras e hipótesis del impacto en la funcionalidad.
  • Tiempo de evolución de la clínica.
  • Pruebas complementarias relacionadas realizadas, resultado, interpretación y fecha de realización.
  • Repercusión de la clínica en el ámbito socioeducativo y en las actividades de la vida diaria del paciente.
  • Tratamientos relacionados realizados, tanto farmacológicos como rehabilitadores o quirúrgicos, y fecha de realización.


CRIBADO

El objetivo del cribado es detectar retrasos en el desarrollo y otros comportamientos que podrían apuntar a un TEA.

Existen varias herramientas disponibles para identificar de manera precoz posibles signos de TEA en niños:

  • Herramientas para detectar comportamientos prelingüísticos que pueden indicar vulnerabilidades en niños muy pequeños, de entre 6 y 18 meses (Bryson et al., 2008).
  • Herramientas, más generales, para detectar retrasos en la comunicación (incluyendo posibles signos de TEA) en niños de 9 a 24 meses (Pierce et al., 2011; Wetherby et al., 2008).
  • Cuestionarios específicos para ayudar a identificar signos de TEA a partir de los 12 meses (Turner-Brown et al., 2012).


Es importante que las herramientas empleadas sean adecuadas desde el punto de vista cultural y lingüístico y que tengan características psicométricas sólidas, para garantizar que los resultados sean fiables.
 

Los procedimientos de cribado evalúan las características principales que diferencian el TEA de otros trastornos del desarrollo, por ejemplo, dificultades en:

  • el contacto visual;
  • la orientación al llamarle por su propio nombre;
  • señalar o mostrar objetos de interés;
  • el juego simbólico;
  • la imitación;
  • la comunicación no verbal; y
  • el desarrollo del lenguaje.


Las pruebas de detección precoz del autismo son herramientas fundamentales para el profesional de la logopedia para identificar signos tempranos del TEA en niños. A continuación, se presentan algunas de las herramientas más reconocidas y validadas en las guías de buenas prácticas:

  • Modified Checklist for Autism in Toddlers (M-CHAT-R / F, Robins et al., 2009): es un cuestionario de 23 ítems dirigido a padres y personas cuidadoras para detectar signos de autismo en niños de entre 16 y 30 meses.
  • Communication and Symbolic Behavior Scales (CSBS, Wetherby & Prizant, B, 2002): es una herramienta estandarizada diseñada para evaluar las habilidades comunicativas, sociales y simbólicas en niños pequeños, especialmente entre los 6 y los 24 meses.
  • Social Communication Questionnaire (SCQ, Rutter, Bailey & Lord, 2003): cuestionario de 40 ítems que evalúa la comunicación social y las habilidades relacionadas para detectar posibles casos de TEA.
  • Childhood Autism Spectrum Test (CAST, Scott et al., 2002): cuestionario de 37 ítems para padres y maestros que detecta rasgos del espectro autista en niños en edad escolar.


Las guías de buenas prácticas también recomiendan otras herramientas, como la observación Screening Tool for Autism in Toddlers and Young Children (STAT, Stone et al., 2000) o Rapid Interactive Screening Test for Autism in Toddlers (RITA-T, Choueiri et al., 2015) pero, actualmente, aún no están traducidas ni validadas en la población catalana y española.

Las normas de comunicación social varían entre culturas. Cuando se realiza el cribado de aspectos no lingüísticos de la comunicación, es importante que el logopeda reconozca si las diferencias están relacionadas con variaciones culturales o un trastorno de comunicación.

La pérdida de lenguaje o habilidades sociales a cualquier edad debería considerarse motivo suficiente para hacer un cribado.

Los médicos ORL también tienen un rol relevante en la detección del autismo, ya que, muchas veces, cuando se percibe alguna dificultad del desarrollo del lenguaje y la comunicación en un niño, se cree que puede deberse a un problema de audición. Cuando los ORL, audioprotesistas o logopedas realizan pruebas de audición, pueden encontrar signos que hagan sospechar TEA. Si detectan estas señales, deben hacer las derivaciones y actuaciones pertinentes y necesarias para que el niño reciba una exploración adecuada para confirmar si se trata de autismo.

El CLC aconseja a los profesionales clínicos, investigadores y estudiantes que lleven a cabo investigaciones para la creación de instrumentos de cribado del TEA en catalán y castellano.