Declaración de posicionamientos y buenas prácticas en el ejercicio profesional de la logopedia
Adenda. Calidad y seguridad en la práctica logopédica
Descarga el capítuloSeguridad psicosocial y riesgos laborales
La seguridad psicosocial es una dimensión a menudo menos visible pero igualmente esencial en la práctica logopédica. El contacto continuo con personas y familias en situaciones de vulnerabilidad, la exigencia de resultados y la carga emocional asociada a la mejora o no de los pacientes pueden derivar en estrés crónico, ansiedad y agotamiento profesional. Por ello, la prevención de los riesgos psicosociales es un objetivo prioritario tanto para los profesionales como para las organizaciones que los contratan.
Factores de riesgo psicosocial
Los factores de riesgo psicosocial más comunes en logopedia son el estrés relacionado con la atención a pacientes con patologías complejas, la presión para gestionar las expectativas de las familias, la necesidad constante de comunicación efectiva y la carga vocal diaria. A todo esto se suman situaciones específicas, tales como trabajar con pacientes que presentan deterioro cognitivo avanzado, casos en que la comunicación verbal es casi inexistente o familias que viven procesos de duelo o de aceptación de un diagnóstico grave.
Otro factor que puede generar tensión es la soledad profesional, especialmente en consultas pequeñas o aisladas que carecen de un equipo multidisciplinar cercano. Esta falta de red puede hacer más difícil compartir situaciones complejas o descargar el estrés derivado de la práctica diaria.
Estrategias de prevención
Para minimizar estos riesgos, es necesario implementar medidas de apoyo y de autocuidado. La planificación de la jornada laboral debe incluir tiempo de pausa entre sesiones, momentos para preparar informes sin interrupciones y espacios para coordinarse con otros profesionales.
Las organizaciones pueden fomentar programas de supervisión clínica para que los logopedas compartan casos, dudas y dificultades emocionales con otros colegas y con supervisores experimentados. Este soporte contribuye a normalizar las situaciones de carga emocional y buscar estrategias conjuntas para afrontarlas. En este sentido, las entidades y los profesionales pueden ser proactivos. Los logopedas pueden acudir a su colegio profesional para impulsar la creación de grupos de trabajo y supervisión que favorezcan tanto el desarrollo técnico como su bienestar emocional.
En el área personal, el logopeda debe tener herramientas para gestionar el estrés. La formación en técnicas de mindfulness, la participación en grupos de apoyo entre iguales o la realización de actividades de descanso y autocuidado son medidas recomendadas por el CLC para prevenir los riesgos psicosociales.
Bienestar vocal
Un riesgo psicosocial y físico específico en logopedia es la fatiga vocal. El profesional de la logopedia utiliza la voz como herramienta principal de su trabajo: da instrucciones, emite sonidos, imita y distorsiona voces, mantiene conversaciones constantes y, a menudo, tiene que proyectar la voz en espacios que no siempre gozan de la mejor acústica.
Para prevenir disfonías y otras lesiones vocales es esencial aplicar técnicas de higiene vocal. Algunas buenas prácticas consisten en beber agua de forma regular, evitar hablar por encima de ruidos ambientales elevados, utilizar micrófonos o amplificadores cuando sea necesario, hacer ejercicios de calentamiento y relajación vocal y planificar la jornada con pausas de descanso de la voz.
Acoso y entorno laboral saludable
Los riesgos psicosociales también pueden proceder del entorno laboral. Situaciones de acoso, falta de respeto entre compañeros o con superiores, sobrecarga de tareas o conflictos constantes pueden convertir el espacio de trabajo en una fuente de estrés e inseguridad. Los centros deben disponer de protocolos claros para prevenir, detectar y gestionar cualquier situación de acoso laboral. Además, deben fomentar una cultura basada en el respeto, la comunicación asertiva y la colaboración entre equipos.
Equilibrio entre la vida personal y profesional
Otro aspecto clave para preservar la salud mental y emocional es el equilibrio entre la vida personal y la vida profesional. Los profesionales autónomos o los que trabajan con horarios extensos pueden correr más riesgo de ver que su actividad laboral invade su espacio privado. Establecer límites claros de horarios, respetar los días de descanso y desconectar de los dispositivos de trabajo fuera del horario son medidas básicas para garantizar un descanso real.