Pasar al contenido principal

Declaración de posicionamientos y buenas prácticas en el ejercicio profesional de la logopedia

6. Trastornos del Espectro Autista

Descarga el capítulo

El logopeda es el profesional sanitario competente para el cribado, la evaluación, el diagnóstico y la intervención en las dificultades de comunicación, interacción y alimentación relacionadas con el autismo, y debe contar con una formación actualizada, especializada y basada en la evidencia.

El CLC impulsa la investigación sobre la prevalencia, el cribado, la evaluación funcional, la calidad de vida y la intervención logopédica en el autismo, promueve el desarrollo de instrumentos adaptados lingüística y culturalmente.

El CLC defiende un abordaje interdisciplinario, centrado en la persona y su familia, que reconozca el valor de la neurodiversidad. Insta a evitar el uso de prácticas carentes de evidencia científica o alejadas de los estándares actuales de calidad asistencial.

Equipamiento

El CLC recomienda a los logopedas que lleven a cabo su tarea profesional en un espacio adaptado a las necesidades de los niños y de sus familias, de acuerdo con la actividad evaluadora y el desarrollo de su intervención. Es importante velar por la adecuación y actualización de los instrumentos de evaluación y por que el material específico de rehabilitación se adapte a la fase de desarrollo del niño y a las necesidades propias del trastorno.

Del mismo modo, es fundamental que los logopedas reflexionen sobre la manera en que se relacionan con estos pacientes, deben evitar estereotipos culturales inadecuados y, sobre todo, distanciarse del edadismo. Este sesgo puede mermar las capacidades de la persona mayor, limitar su autonomía y afectar a su motivación y autoestima. Un enfoque respetuoso y adaptado a la dignidad y la experiencia vital de cada paciente es clave para una intervención logopédica efectiva y ética.

Es fundamental que los logopedas apliquen estrictas medidas de higiene para garantizar la seguridad tanto de los pacientes como de sí mismos. Dichas medidas son la desinfección regular del material y superficies de trabajo, el lavado de manos antes y después de cada sesión, el uso de utillaje desechable cuando sea posible, y la ventilación adecuada de los espacios. Además, en los casos que lo requieran, como en situaciones de riesgo de contagio, es importante utilizar mascarilla y guantes y seguir los protocolos establecidos por las autoridades sanitarias. Para más información sobre calidad y seguridad en la práctica logopédica, consulte la adenda.