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Declaración de posicionamientos y buenas prácticas en el ejercicio profesional de la logopedia

Adenda. La autorregulación profesional en logopedia

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Instrumentos de autorregulación profesional

La autorregulación se materializa a través de distintos mecanismos normativos y técnicos que el colegio profesional impulsa y revisa de forma periódica. No todas las profesiones sanitarias utilizan la misma denominación para estos documentos, aunque en todas ellas desempeñan funciones equivalentes. 

  • Los códigos deontológicos constituyen el marco ético vinculante y se aprueban por mayoría cualificada de la Asamblea colegial tras un periodo de consulta pública.
  • Las guías de buenas prácticas recogen recomendaciones clínicas basadas en evidencia y se elaboran mediante grupos de trabajo participativos con representantes de la academia y del ejercicio profesional; se someten a actualización cada tres a cinco años o cuando la evidencia científica lo aconseja.
  • Las resoluciones colegiales son acuerdos formales de la Junta de Gobierno que interpretan competencias o fijan criterios técnicos; su borrador se expone previamente para alegaciones y entra en vigor tras su publicación oficial.
  • Los protocolos de actuación, directrices o posicionamientos describen procedimientos operativos para contextos específicos y se revisan de manera sistemática en ciclos de mejora continua.
  • Finalmente, los posicionamientos técnico‑jurídicos se emiten para defender el campo profesional frente a solapamientos y se sustentan en informes externos y debate interno.

 

Además, la formación continuada y el desarrollo profesional continuo promovidos por los colegios —mediante cursos acreditados, grupos de supervisión y acreditación de competencias— funcionan como instrumento autorregulador positivo, garantizando que los logopedas actualicen conocimientos y mantengan los estándares de calidad exigidos.