Declaración de posicionamientos y buenas prácticas en el ejercicio profesional de la logopedia
15. Trastornos aerodigestivos
Descarga el capítuloEl logopeda es el profesional sanitario competente para prevenir, evaluar, diagnosticar e intervenir en los trastornos de las vías aerodigestivas, concretamente en las alteraciones de la voz, la deglución y la respiración, y debe mantener una formación específica y actualizada en este ámbito.
El CLC impulsa la investigación sobre la prevalencia, el impacto funcional, la evaluación y la intervención en los trastornos aerodigestivos, promueve la creación y validación de instrumentos adaptados al contexto lingüístico y cultural en catalán y castellano.
El CLC defiende un abordaje interdisciplinario y basado en la evidencia en el tratamiento de los trastornos aerodigestivos, y fomenta la colaboración entre profesionales y la participación activa de la persona y su entorno. Aconseja evitar prácticas clínicas no fundamentadas científicamente.
Intervenciones de mejora y rehabilitación
Las decisiones de gestión médica en trastornos aerodigestivos buscan equilibrar las necesidades de las vías respiratorias para respirar con una preservación óptima de la calidad vocal y la integridad de la deglución. Los enfoques varían desde «esperar y vigilar» hasta intervenciones quirúrgicas complejas.
Algunos ejemplos de enfoques por parte de profesionales médicos adecuados incluyen, entre otros, los siguientes:
- Tratamiento endoscópico de anomalías estructurales (por ejemplo, dilatación).
- Manejo médico o quirúrgico de la enfermedad subyacente que conduce al trastorno aerodigestivo.
- Reparación quirúrgica de anomalías estructurales que afectan a la función aerodigestiva (por ejemplo, aritenoidopexia, fundoplicatura, reparación de la fisura laríngea, supraglotoplastia, aritenoidectomía).
Los logopedas proporcionan un tratamiento directo o reparador para abordar problemas funcionales de la voz y problemas de alimentación y deglución. Los logopedas también proporcionan tratamiento directo para problemas de las vías respiratorias laríngeas, incluyendo el movimiento paradójico de las cuerdas vocales y la tos crónica.
La naturaleza, el alcance y la duración de la gestión del logopeda dependen de:
- El trastorno aerodigestivo subyacente, las estructuras y funciones afectadas, su gravedad y la historia relevante.
- El tipo y el curso de los medicamentos para tratar enfermedades subyacentes y que se producen simultáneamente.
- El tipo y el alcance del manejo quirúrgico necesario (por ejemplo, intervención quirúrgica y tiempo de curación, necesidad de un tubo de alimentación temporal).
La diversidad de trastornos que incluye este capítulo dedicado al rol de la logopedia en las alteraciones aerodigestivas nos obliga a una presentación sintética y heterogénea.
El CLC orienta a los profesionales de la práctica clínica a intervenir en los siguientes elementos de los trastornos aerodigestivos:
Síndrome de la apnea obstructiva del sueño
La intervención logopédica en pacientes con SAOS se centra fundamentalmente en la terapia miofuncional orofacial (TMO), que ha demostrado que mejora significativamente el índice de apnea-hipopnea (IAH), reduce la somnolencia diurna y mejora la calidad de vida en pacientes adultos y pediátricos. Aunque el grado de recomendación es alto, algunos estudios señalan que la calidad de la evidencia disponible todavía es limitada y hacen énfasis en la necesidad de estudios longitudinalmente robustos para evaluar su efectividad a largo plazo.
La TMO puede convertirse en una alternativa no invasiva para retrasar el uso de medidas terapéuticas más agresivas como el CPAP o la cirugía, especialmente en casos leves o moderados. La eficacia de esta terapia, sin embargo, es altamente dependiente de la frecuencia y la adhesión al tratamiento. Por este motivo, se recomienda una intervención inicialmente individualizada, con sesiones frecuentes y seguimiento continuo, que permita ajustar los objetivos terapéuticos en función de la evolución del paciente.
Aunque la literatura no proporciona evidencias concluyentes sobre la eficacia de las intervenciones grupales o telemáticas, la experiencia clínica indica que la incorporación de grupos reducidos (3-4 pacientes con características similares) en fases avanzadas puede facilitar la generalización de los aprendizajes y la motivación de los participantes. Igualmente, los programas semipresenciales pueden tener un papel relevante en el mantenimiento de los resultados alcanzados, especialmente cuando se implementan con estructuras híbridas que combinan sesiones presenciales con seguimientos en línea.
Una propuesta funcional es la elaboración de un plan individualizado que incluya una visita inicial presencial de valoración logopédica, seguimientos alternados presenciales y en línea, y soporte digital (vídeos, herramientas de registro), siempre adaptado a las necesidades y capacidades del paciente. Este enfoque optimiza los recursos, mejora la accesibilidad al tratamiento y favorece la adherencia terapéutica.
Tos crónica
La tos crónica es un síntoma complejo que puede persistir a pesar de un tratamiento farmacológico adecuado. En este contexto, la intervención logopédica ha demostrado ser una herramienta efectiva para gestionarla mejor, especialmente en casos clasificados como tos crónica refractaria o inexplicada. Esta terapia se basa en técnicas conductuales destinadas a modificar la respuesta del reflejo tusígeno y desensibilizar los estímulos que lo activan.
Las sesiones de terapia logopédica incluyen técnicas para controlar voluntariamente la tos y reducir las irritaciones en la garganta. Además, la terapia se puede aplicar en combinación con tratamientos farmacológicos, para potenciar su efecto. Entre las actividades clínicas más habituales está la educación sobre la naturaleza de la tos crónica, incluyendo la diferenciación con la tos aguda, el establecimiento de la supresión como objetivo terapéutico seguro, la identificación del umbral de tos y la desensibilización progresiva, así como la promoción de la adherencia al tratamiento médico prescrito.
Una parte fundamental del tratamiento logopédico es la promoción de hábitos saludables de higiene vocal. Esto incluye la identificación de conductas de riesgo como la hidratación insuficiente o la respiración oral y el entrenamiento en prácticas saludables como beber suficiente agua, utilizar un volumen vocal adecuado y evitar entornos irritantes. También se enseña el uso de estrategias de supresión de la tos, como la respiración relajada de garganta, la respiración con labios puros o la exhalación lenta y sostenida. Estas técnicas suelen combinarse con distracciones físicas, como tragar saliva o beber agua, y recursos sensoriales, como caramelos no medicados o cubitos de hielo.
El logopeda inicia estas estrategias en un entorno neutro, libre de desencadenantes, para establecer patrones funcionales consistentes. Posteriormente, se pueden introducir estímulos como olores fuertes, cambios de temperatura o actividad física, a fin de que la persona practique el control de la tos en condiciones reales. El tratamiento se considera completo cuando la persona es capaz de gestionar la tos en diferentes contextos y ante los desencadenantes habituales.
Movimiento paradójico de las cuerdas vocales
El tratamiento logopédico del MPCV constituye una herramienta terapéutica de primer orden, especialmente por su enfoque no invasivo y su capacidad de proporcionar al paciente estrategias autónomas de control respiratorio. La intervención se basa fundamentalmente en técnicas de reentrenamiento respiratorio diseñadas para inhibir la aducción inapropiada de las cuerdas vocales durante la inspiración, característica de este trastorno. Este abordaje puede producir mejoras sustanciales y sostenidas en la sintomatología, y reduce la necesidad de intervenciones médicas agudas.
Los logopedas pueden implementar un abanico de procedimientos individualizados según las características del paciente y los desencadenantes del MPCV. Una técnica clave es la respiración relajada de glotis, que entrena las cuerdas vocales para mantenerlas abducidas durante todo el ciclo respiratorio; incluye inspirar por la nariz con la lengua relajada en el suelo de la boca y los labios en contacto leve, seguida de una exhalación a través de los labios puros o de la producción de un sonido como /s/.
La respiración diafragmática o abdominal también es esencial para reducir la tensión muscular y eliminar patrones de respiración clavicular, habituales en personas con MPCV. Esta técnica se centra en la expansión del abdomen y la caja torácica costal inferior durante la inspiración, y contribuye a una mejora de la coordinación respiratoria y vocal.
Una vez adquiridas las técnicas, el logopeda puede introducir progresivamente retos simulando situaciones reales o desencadenantes. Por ejemplo, el entrenamiento durante la actividad física (una carrera suave o deportes de competición) y la exposición gradual a estímulos ambientales, tales como olores o productos químicos, dentro de un contexto seguro y controlado.
Enfermedad por reflujo gastroesofágico
Las actuaciones logopédicas tienen como objetivo reducir los síntomas vocales (disfonía, fatiga vocal, sensación de garganta seca o irritada, necesidad de aclararse la garganta), mejorar la calidad vocal y disminuir el impacto funcional del trastorno en la comunicación y la calidad de vida del paciente.
A partir del diagnóstico funcional se establece un plan terapéutico individualizado que puede incluir técnicas indirectas (educación en higiene vocal, modificación de estilos de vida, consejos sobre alimentación y posturas) y técnicas directas (entrenamiento vocal específico, técnicas de relajación muscular, reeducación respiratoria y mejora de la coordinación fonorespiratoria).
Un componente fundamental de la terapia logopédica en RFL es la intervención en la hiperfunción laríngea y la tensión supraglótica, habituales en pacientes con laringe irritada. El objetivo es conseguir un uso más eficiente y menos esforzado de la voz, para reducir la sobrecarga muscular y facilitar la recuperación de los tejidos laríngeos afectados por el reflujo.
La evidencia actual muestra que la combinación de tratamiento médico y terapia logopédica ofrece mejores resultados en la reducción de síntomas y en la mejora de los indicadores vocales, tanto objetivos como subjetivos, que el tratamiento farmacológico por sí solo. En este sentido, la intervención logopédica no solo tiene un valor terapéutico, sino también preventivo y educativo, puesto que fomenta hábitos vocales saludables y una mejor gestión de los factores de riesgo relacionados con el RFL.
Enfermedad pulmonar obstructiva crónica
Las actividades, maniobras e instrumentos de la intervención logopédica en la disfagia asociada a la EPOC son los propios de la logopedia en los trastornos de la deglución, teniendo en cuenta, como siempre, el estado general y las necesidades del paciente.
El CLC orienta a los profesionales clínicos, investigadores y estudiantes a que efectúen estudios sobre la intervención logopédica en los trastornos aerodigestivos.