Declaración de posicionamientos y buenas prácticas en el ejercicio profesional de la logopedia
Adenda. Calidad y seguridad en la práctica logopédica
Descarga el capítuloCondiciones de seguridad física
Las condiciones de seguridad física son la base tangible de cualquier intervención logopédica segura y de calidad. Cualquier espacio donde se desarrolle una actividad terapéutica, preventiva o de evaluación debe cumplir unos requisitos mínimos de habitabilidad, accesibilidad y mantenimiento. Estos requisitos no son estáticos, sino que deben adecuarse a las necesidades específicas de cada paciente y cada intervención.
Espacios e instalaciones seguras
El espacio físico debe ser accesible para personas con movilidad reducida, discapacidades sensoriales u otras situaciones que requieran adaptaciones. Las puertas, los pasillos y los aseos deben cumplir las normativas de accesibilidad vigentes. Además, hay que garantizar una señalización clara, una iluminación adecuada y una ventilación óptima.
Mobiliario y equipamiento
El mobiliario debe ser estable, ergonómico y adaptado a la franja de edad y las condiciones físicas del paciente. Las sillas ajustables en altura, las mesas sin bordes punzantes y los soportes específicos para materiales son elementos que contribuyen a una práctica segura. Asimismo, el logopeda debe velar por la correcta disposición del cableado y de los equipos electrónicos para evitar caídas o accidentes eléctricos. Cabe recordar que el mobiliario debe garantizar la seguridad y el bienestar tanto de los pacientes como de los profesionales, ya que lo utilizan durante muchas horas al día.
Los equipos técnicos, como ordenadores, audiómetros, aparatos de registro de voz o micrófonos, deben someterse a revisiones periódicas para garantizar su correcto funcionamiento y seguridad eléctrica. Un fallo técnico durante una sesión puede suponer no solo una interrupción, sino un riesgo en determinadas pruebas.
Higiene y control de infecciones
La limpieza y la desinfección del espacio y los materiales son imprescindibles. Cada sesión debe comenzar con la desinfección de las superficies de contacto habitual (mesas, sillas, mangos y teclados), siempre que sea necesario por prudencia o por las circunstancias concretas. Los instrumentos que entran en contacto con la boca, como espátulas o sondas, deben ser desechables o esterilizables.
El lavado de manos antes y después de cada sesión es una norma básica, al igual que el uso de guantes para realizar exploraciones intraorales o pruebas que impliquen contacto directo con mucosas.
Seguridad alimentaria y disfagia
Un ámbito especialmente sensible dentro de la logopedia es la intervención en disfagia, en los trastornos funcionales de la deglución y en el trastorno de la alimentación en la primera infancia (TAP). Trabajar con pacientes que tienen dificultades implica gestionar alimentos y líquidos de forma extremadamente cuidadosa. Es necesario disponer de un espacio específico para la preparación de alimentos, con superficies limpias y productos adecuados.
Los materiales que entran en contacto con alimentos —guantes, vasos, cucharas, espesantes— deben estar limpios, y las sobras que se puedan contaminar deben eliminarse inmediatamente. La seguridad alimentaria en trastornos de la deglución es un ámbito que requiere competencias específicas, motivo por el cual el CLC promueve que se establezcan protocolos conjuntos con equipos de nutrición y enfermería.
Exploraciones intraorales, laríngeas y otoscópicas
Algunas de las pruebas e instrumentos que los logopedas deben utilizar para valorar las funciones orales se pueden considerar que invaden el cuerpo del paciente (como guantes, espejos, depresores o los propios dedos). Cabe recordar que estas pruebas y procedimientos siempre deben realizarse en consultas o centros sanitarios que puedan responder ante cualquier eventualidad que suponga un riesgo para el paciente. En algunos casos, la realización de estas pruebas puede poner de manifiesto situaciones que requieren derivación inmediata a otro profesional, como un otorrinolaringólogo. El logopeda debe conocer sus límites competenciales y actuar siempre dentro del marco legal y ético.
Las exploraciones que implican manipulación directa dentro del cuerpo del paciente, como una inspección de la cavidad oral, la laringe o el uso de otoscopio y rinolaringoscopio, deben hacerse cumpliendo protocolos estrictos de higiene y seguridad. El profesional debe llevar guantes y asegurarse de que el paciente está cómodo y bien informado sobre la maniobra. Los espéculos del otoscopio deben ser desechables o esterilizables.