Declaración de posicionamientos y buenas prácticas en el ejercicio profesional de la logopedia
5. Trastornos del lenguaje infantil
Descarga el capítuloEl logopeda es el profesional sanitario competente para evaluar, diagnosticar, prevenir, intervenir y llevar a cabo el mantenimiento de las funciones comunicativas en los trastornos del lenguaje infantil, y debe contar con formación específica y actualizada para garantizar una práctica clínica rigurosa y ética.
El CLC promueve la investigación sobre la prevalencia, la evaluación y la intervención en los trastornos del lenguaje infantil, impulsa el desarrollo y la adaptación de instrumentos de evaluación e intervención en catalán y castellano y en coherencia con el contexto cultural y educativo.
El CLC defiende un abordaje interdisciplinario y basado en la evidencia para el tratamiento de los trastornos del lenguaje infantil, con la colaboración de las familias, la escuela y otros profesionales sanitarios.
Criterios para la indicación del tratamiento
De acuerdo con Bishop et al., los criterios más importantes que hay que tener en cuenta para identificar el TDL son:
Dificultades de lenguaje suficientemente graves para que quede afectada la comunicación o el aprendizaje en la vida cotidiana.
Cuando es poco probable que los problemas de lenguaje se resuelvan o no se hayan resuelto a la edad de cinco años.
Cuando los problemas no están asociados a una causa biomédica conocida (si existiera una causa biomédica, su denominación sería TL).
Como ya se ha dicho anteriormente, en lugar de describir subtipos de TDL, se propone identificar niveles de gravedad y caracterizar la sintomatología y los componentes afectados de cada niño en particular. En este sentido, los tests de lenguaje son necesarios, pero no suficientes. Se valora como criterio de inclusión para el diagnóstico la obtención de puntuaciones 1,25-1,5 desviaciones estándar por debajo de la media en 1-2 subtests relevantes de pruebas como el CELF-5. No hay un consenso claro a la hora de tomar como referencia una determinada puntuación mínima de cociente intelectual no verbal. Las opiniones que expresan a los profesionales e investigadores que han participado en distintos grupos de discusión son diversas.
Además de los tests estandarizados, el proceso de evaluación debe tener en cuenta otros aspectos como las muestras naturales de lenguaje, las habilidades cognitivas, el desarrollo socioafectivo, información contextual y las necesidades de soporte. Por ello la evaluación debe ser dinámica, en periodos sucesivos y contrastando los diferentes datos obtenidos, y se debe llevar a cabo cuanto antes para iniciar rápidamente una intervención.
A pesar de los progresos en niveles más simples de la comunicación, la gravedad y persistencia de los problemas hará necesaria una adaptación curricular para que el niño pueda seguir mínimamente los niveles académicos exigidos.
Por lo tanto, para diagnosticar TDL a un niño, este debe cumplir los siguientes requisitos:
- Dificultades lingüísticas persistentes: problemas en la comprensión y/o expresión del lenguaje oral que se mantienen más allá de los 5 años y que no se resuelven de forma espontánea.
- Afectación en una o más áreas del lenguaje (fonología, morfosintaxis, semántica y pragmática).
- Impacto funcional significativo: las dificultades deben repercutir en la comunicación diaria, el rendimiento académico y/o las interacciones sociales.
- Ausencia de una causa biomédica identificable:
- No hay un trastorno neurológico conocido, déficits auditivos graves, DI moderada-severa o trastornos psiquiátricos primarios que justifiquen las dificultades lingüísticas.
- Si existe una enfermedad asociada (ej. parálisis cerebral, TEA o síndrome genético), el diagnóstico debe ser TL y no TDL.
- Rendimiento en pruebas estandarizadas: puntuaciones situadas al menos 1,25 desviaciones estándar por debajo de la media en pruebas de lenguaje receptivo, expresivo o pragmático (como CELF-5, PPVT-5, EVT-3, entre otros).
- Preservación de capacidades cognitivas generales: el cociente intelectual no verbal debe estar dentro de la normalidad o presentar una discrepancia significativa entre las habilidades verbales y no verbales.
El diagnóstico de TDL se excluye en los casos siguientes:
- TEA: la dificultad principal está en la comunicación social y la pragmática, con otros rasgos clínicos como la rigidez conductual y los intereses restringidos.
- DI: el déficit en el lenguaje forma parte de un perfil más amplio de dificultades cognitivas generales.
- Pérdida auditiva no corregida: niños con hipoacusia neurosensorial moderada-severa pueden presentar dificultades en la adquisición del lenguaje, pero su causa primaria es sensorial.
- Trastornos neurológicos: en casos de parálisis cerebral, epilepsia u otras patologías neurológicas, las dificultades lingüísticas se incluyen en un marco de trastorno del lenguaje con base orgánica.
- Dificultades por falta de exposición al idioma: niños criados en entornos bilingües o con escasa exposición al catalán/castellano pueden presentar un desarrollo lingüístico más lento, pero no cumplen criterios para TDL. En estos casos, es necesaria una evaluación detallada del desarrollo lingüístico en ambas lenguas.
- Dificultades en la producción oral sin afectación del lenguaje:
- Trastornos fonéticos-fonológicos: problemas articulatorios sin alteraciones gramaticales ni semánticas significativas.
- Trastornos emocionales o de conducta primarios: los niños con ansiedad social, mutismo selectivo u otros trastornos emocionales pueden evitar hablar, pero no presentan una alteración lingüística primaria.