Declaración de posicionamientos y buenas prácticas en el ejercicio profesional de la logopedia
9. Disartria
Descarga el capítuloEl logopeda es el profesional sanitario competente para la exploración, el diagnóstico y el tratamiento de trastornos del habla como la disartria, y debe mantener una formación especializada en neuroanatomía, control motor y técnicas terapéuticas basadas en la evidencia para la rehabilitación y el mantenimiento de la función comunicativa.
El CLC promueve la investigación para conocer la prevalencia local de la disartria, desarrollar instrumentos de evaluación e intervención en catalán y castellano, y crear conjuntos básicos de categorías CIF que permitan identificar los efectos de la disartria en la participación y la calidad de vida.
El CLC defiende un abordaje interdisciplinario e integrador para la persona con disartria, que incluye el trabajo coordinado con médicos neurólogos, rehabilitadores, psicólogos y otros profesionales, así como el apoyo a la familia y la prescripción adecuada de sistemas aumentativos y alternativos de comunicación cuando sea necesario. Aconseja evitar técnicas sin evidencia científica.
Signos clínicos
La persona con disartria puede presentar cualquiera de los siguientes síntomas, dependiendo de la magnitud y ubicación de la lesión en el sistema nervioso: alteraciones referentes a la respiración, la prosodia, la fonación, la resonancia y la articulación, y alteraciones concomitantes como la disfagia.
Podemos agrupar las características perceptivas del habla disártrica en función del sistema afectado, entendiendo que estos sistemas actúan a menudo de forma conectada.
Respiración
- Frases cortas.
- Sonoridad reducida.
- Gestión deficiente del aire en la fonación.
- Inspiración forzada y ruidosa.
Fundación
- Nivel de intensidad alterado (demasiado fuerte/demasiado flojo).
- Monotonía.
- Calidad de la voz alterada (rugosidad, soplado, tensión).
- Diplofonía.
- Oscilaciones de la frecuencia.
- Temblor de la voz.
- Dessonorización al final de la frase.
Articulación
- Consonantes imprecisas.
- Vocales distorsionadas.
Resonancia
- Hipernasalidad.
- Hiponasalidad (resonancia oral en consonantes nasales).
Prosodia
- Velocidad alterada (demasiado rápida, demasiado lenta u oscilante).
- Reducción de la entonación tanto en frecuencia como en acentuación.
- Alteración de la entonación tanto en frecuencia como en acentuación.
- Silencios prolongados e inadecuados.
Signos físicos
- Poco control muscular.
- Tono muscular anormal en reposo.
- Fasciculaciones.
- Temblor.
- Debilidad muscular.
- Movimientos involuntarios de los órganos de la articulación.
- Reflejos anormales.
- Reducción e incoordinación del movimiento.
En función de las manifestaciones clínicas, las disartrias se clasifican en distintos tipos: flácidas, espásticas, atáxicas, hipocinéticas, hipercinéticas o mixtas.
La International Classification of Functioning, Disability and Health (en catalán, CIF) fue desarrollada por la OMS en 2001 con el objetivo de ofrecer una perspectiva biopsicosocial de la salud. Proporciona un marco para abordar la discapacidad y el funcionamiento de una persona en su contexto y su vida cotidiana. La disartria implica funciones corporales del habla, de la voz y del sistema respiratorio (b310, b320 y b450) así como funciones neuromusculoesqueléticas relacionadas con el movimiento (b740 y b765).