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Declaración de posicionamientos y buenas prácticas en el ejercicio profesional de la logopedia

8. Trastornos del desarrollo del aprendizaje

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El logopeda es el profesional sanitario competente para evaluar, diagnosticar e intervenir en los trastornos del desarrollo del aprendizaje, desde una perspectiva integral del lenguaje y la cognición.

El CLC impulsa la investigación sobre la prevalencia, el impacto funcional y la creación de instrumentos de evaluación e intervención adaptados a los trastornos del desarrollo del aprendizaje.

El CLC defiende un abordaje interdisciplinario de los trastornos del desarrollo del aprendizaje, basado en la evidencia y libre de prácticas desprovistas de base científica.

Impacto en la vida de la persona

Los TDAp persisten a lo largo de la vida y pueden tener un impacto significativo tanto en la escolarización como en la trayectoria personal, social y profesional de la persona. Aunque algunos niños consiguen desarrollar estrategias compensatorias y alcanzar un rendimiento académico adecuado —incluso accediendo a estudios superiores si esta es su meta—, otros acumulan altos niveles de frustración, redirigen sus objetivos hacia itinerarios con menos carga académica o presentan dificultades de autoestima y motivación.

Durante la escolarización, estas dificultades evolucionan. Mientras que algunos niños muestran una gran resistencia a la intervención, otros responden favorablemente a los soportes recibidos. El acceso al currículum escolar se ve comprometido de forma diferente según la naturaleza y la combinación de las dificultades que presentan.

En la etapa preescolar, pueden observarse signos como dificultades en la conciencia fonológica, la denominación rápida y automática, y el establecimiento de las correspondencias fonema-grafema —indicadores precoces de dislexia y disortografía. También son frecuentes las dificultades para comprender conceptos básicos de cantidad, tamaño, orden y secuenciación, indicativos de riesgo para la discalculia. 

Durante los primeros años de primaria, los niños con dislexia pueden leer letra a letra o sílaba a sílaba, con una lectura muy lenta y costosa. En el caso de la disortografía, se producen errores ortográficos persistentes —tanto en la ortografía natural como en la arbitraria— que dificultan la comprensión de sus producciones escritas. Paralelamente, la discalculia se manifiesta en dificultades para comprender la numeración, recordar las tablas de multiplicar, realizar cálculos mentales o aplicar operaciones básicas de manera automática.

Al finalizar la escuela primaria e iniciar la secundaria, su lectura puede ganar fluidez; sin embargo, muchos alumnos optan por estrategias de compensación, tales como adivinar palabras o centrarse en las más frecuentes. La ortografía se convierte en un reto importante, especialmente en lenguas con ortografías opacas. En el caso de las dificultades matemáticas, la complejidad creciente del razonamiento matemático (problemas, álgebra o proporciones) puede acentuar el malestar y el bajo rendimiento.

En lenguas transparentes, la lentitud lectora y las dificultades ortográficas son las secuelas más comunes, y los principales marcadores de la dislexia en adultos son la precisión y la velocidad lectora. Es importante tener en cuenta que el catalán es una lengua con una ortografía más transparente que el inglés o el francés, pero menos que el castellano o el italiano. Este hecho puede influir en la manifestación y detección de las dificultades, así como en su impacto funcional.

En la enseñanza secundaria y en etapas postobligatorias, las dificultades persisten y a menudo limitan el acceso a itinerarios formativos u ocupacionales académicamente exigentes. La lentitud lectora, los errores ortográficos y las limitaciones en cálculo y razonamiento numérico pueden suponer una barrera a la hora de aprobar exámenes, llevar a cabo tareas escritas o seguir materias de contenido más abstracto.

En la edad adulta, la dislexia y la disortografía se manifiestan principalmente por dificultades en la velocidad y precisión lectora, así como en la producción escrita, especialmente en contextos laborales. La discalculia, por su parte, puede interferir en actividades cotidianas como la gestión económica, la lectura de horarios, el cálculo de gastos o la interpretación de datos numéricos.

Por todo ello, es fundamental garantizar la detección precoz, el seguimiento continuado y la implementación de adaptaciones adecuadas a las necesidades de cada persona, a lo largo de todas las etapas educativas y, si es necesario, también en el ámbito laboral.

Según la Clasificación Internacional del Funcionamiento (CIF), las dificultades de aprendizaje pueden incidir en el aprendizaje y la aplicación del conocimiento (d1), incluidas actividades tales como leer (d166) y escribir (d170); en las tareas y demandas generales (d2); en la comunicación (d3), y en la vida comunitaria, social y cívica (d9). Al final del capítulo, se encuentran detalladas las afectaciones de los trastornos del neurodesarrollo del lenguaje y del aprendizaje en el cuadro de la codificación CIF. 

El CLC recomienda a profesionales clínicos, investigadores y estudiantes profundizar en la investigación para la definición de conjuntos básicos de categorías de la CIF (Core Sets) que permitan identificar de manera precisa los ámbitos de funcionamiento más relevantes en los TDAp.