Declaración de posicionamientos y buenas prácticas en el ejercicio profesional de la logopedia
16. Trastornos de la alimentación pediátricos
Descarga el capítuloEl logopeda es el profesional sanitario competente para evaluar, diagnosticar, intervenir y llevar a cabo el mantenimiento de los trastornos de la alimentación pediátrica, especialmente cuando hay alteraciones de la deglución o del desarrollo de las habilidades alimentarias.
El CLC impulsa la investigación sobre la prevalencia, el impacto funcional, la evaluación y la intervención en los trastornos de la alimentación pediátrica, y promueve la creación de instrumentos adaptados al contexto lingüístico y cultural en catalán y castellano.
El CLC defiende un abordaje interdisciplinario y especializado, coordinado con profesionales de la medicina, la psicología, la nutrición y la logopedia, para garantizar una intervención integral basada en la evidencia.
Intervenciones preventivas
La prevención del TAP parte del seguimiento de unas normas básicas en torno a la alimentación infantil:
- Anticipar las horas de las comidas.
- Comer junto a los niños siempre que sea posible.
- El ambiente durante las comidas debe ser tranquilo y agradable. Nunca se debe obligar al niño a comer, ni engañarlo ocultando ingredientes en los alimentos.
- Mantener una actitud neutral y dialogante: evitar forzar a comer, mostrar enfado o usar la comida como premio o castigo. Es fundamental que todos los cuidadores del niño mantengan la misma actitud.
- Evitar o minimizar elementos de distracción durante la comida.
- Establecer pautas alimentarias que favorezcan un adecuado reconocimiento de las sensaciones de hambre y saciedad: limitar el tiempo de las comidas a 20-30 minutos, hacer un número de tomas adecuado a la edad, evitar picoteos e ingesta excesiva de líquidos entre tomas, servir cantidades de alimento apropiadas a la edad y al crecimiento del niño.
- Los padres elegirán el tipo de alimentación y los horarios, y se permitirá a los niños que elijan la cantidad.
- El patrón alimentario de los adultos responsables del niño debe constituir un modelo de referencia coherente, ya que el aprendizaje por imitación es clave en la adquisición de hábitos alimentarios en la infancia.
- La introducción de nuevos alimentos debe ser gradual y repetitiva (hasta 8-15 ocasiones) para lograr su aceptación. Muchos niños requieren cambios muy pequeños: un plato diferente, un nuevo corte, separar los ingredientes, un cambio en la temperatura…
- Se favorecerá el contacto de los niños con la comida a través de las manos, de forma que exploren nuevas texturas y alimentos. Se tolerará sin miedo que se manchen con la comida.
- Se favorecerá la autonomía del niño durante las comidas de forma progresiva.