Pasar al contenido principal

Declaración de posicionamientos y buenas prácticas en el ejercicio profesional de la logopedia

16. Trastornos de la alimentación pediátricos

Descarga el capítulo

El logopeda es el profesional sanitario competente para evaluar, diagnosticar, intervenir y llevar a cabo el mantenimiento de los trastornos de la alimentación pediátrica, especialmente cuando hay alteraciones de la deglución o del desarrollo de las habilidades alimentarias.

El CLC impulsa la investigación sobre la prevalencia, el impacto funcional, la evaluación y la intervención en los trastornos de la alimentación pediátrica, y promueve la creación de instrumentos adaptados al contexto lingüístico y cultural en catalán y castellano.

El CLC defiende un abordaje interdisciplinario y especializado, coordinado con profesionales de la medicina, la psicología, la nutrición y la logopedia, para garantizar una intervención integral basada en la evidencia.

Impacto en la vida de la persona

El TAP tiene implicaciones que podemos codificar en la CIF como alteraciones de funciones sensoriales relacionadas con la temperatura y otros estímulos (b270) y funciones relacionadas con la ingesta, como la succión (b5100), el mordisco (b5101), la masticación (b5102), la salivación (b5104) y la función de tragar (b5105). Las estructuras que se pueden ver afectadas son la boca (s320), la laringe y la faringe (s330), además de las glándulas salivales (s510) y la estructura de la cabeza y la región del cuello (s710). La clasificación internacional de funcionalidad (por las siglas en inglés de ICF, International Classification of Functioning, Disability and Health) fue desarrollada por la OMS (2001) con el objetivo de ofrecer una perspectiva biopsicosocial de la salud. Proporciona un marco para abordar la discapacidad y el funcionamiento de una persona en su contexto y en su vida cotidiana.

La limitada variedad en la alimentación que suele observarse en niños con TAP puede tener efectos negativos sobre su estado nutricional. La eliminación completa de ciertos grupos de alimentos, como frutas y verduras, puede provocar deficiencias de micronutrientes, incluso si el consumo de macronutrientes es adecuado. Por otro lado, una ingesta excesiva de determinados alimentos, bebidas o suplementos puede llevar a un aporte elevado de micronutrientes, lo que en casos poco comunes podría causar toxicidad.

El CLC aconseja a profesionales clínicos, investigadores y estudiantes que efectúen estudios para crear conjuntos básicos de categorías de la CIF (Core Set) para la identificación de los elementos en los que incide el TAP.