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Declaración de posicionamientos y buenas prácticas en el ejercicio profesional de la logopedia

18. Trastornos de la voz

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El logopeda es el profesional sanitario competente para prevenir, evaluar, diagnosticar y llevar a cabo el tratamiento de los trastornos de la voz, y debe mantener una formación adecuada para intervenir en patologías diversas, con atención especial a la necesidad de formación especializada en casos complejos.

El CLC impulsa la investigación sobre la prevalencia, el impacto funcional, la evaluación y la intervención en los trastornos de la voz, y promueve la creación de instrumentos adaptados al contexto lingüístico y cultural.

El CLC defiende un abordaje interdisciplinario y basado en la evidencia para los trastornos de la voz, promueve la coordinación entre profesionales y la participación activa del paciente en su proceso de rehabilitación.

Signos clínicos

Los signos perceptivos de la disfonía son:

  • calidad vocal rugosa,
  • calidad vocal soplada,
  • calidad vocal tensa,
  • calidad vocal estrangulada,
  • frecuencia tonal anormal,
  • intensidad anormal,
  • resonancia anormal,
  • afonía(pérdida de la voz),
  • desonorizaciones o pausas de fonación,
  • astenia (voz débil), y
  • voz temblorosa (voz temblorosa; tono rítmico y ondulaciones de sonoridad).

 

Otros signos y síntomas son:

  • aumento del esfuerzo vocal asociado al habla,
  • disminución de la resistencia vocal o aparición de fatiga con un uso prolongado de la voz,
  • calidad vocal variable a lo largo del día o durante el habla,
  • quedarse sin aire rápidamente,
  • tos frecuente o aclararse la garganta con frecuencia, y
  • tensión, dolor o sensibilidad excesiva en la garganta.

 

Los signos y síntomas se pueden producir de forma aislada o combinada. Durante el transcurso del tratamiento, es posible que se disipen unos y surjan otros a medida que se eliminan las estrategias compensatorias.

La calidad auditiva-perceptiva de la voz en individuos con trastornos de la voz puede variar según el tipo y la gravedad del trastorno, su tamaño y la ubicación de la lesión (si la hay) y las respuestas compensatorias del individuo. La gravedad del trastorno de la voz no siempre se puede determinar únicamente a partir de la calidad de la voz auditiva y perceptiva.

La disfonía implica funciones emocionales, de temperamento y personalidad (b126 y b152), y también sensoriales, como la función gustativa y la olfativa (b250y b225). Asimismo, implica funciones de la voz, el habla, respiratorias, deglutorias y relacionadas con la movilidad de las articulaciones, especialmente en los casos de enfermedad oncológica (b310, b230, b440, b5105 y b710).