Declaración de posicionamientos y buenas prácticas en el ejercicio profesional de la logopedia
1. Hipoacusia periférica
Descarga el capítuloEl logopeda es el profesional sanitario competente para evaluar, diagnosticar e intervenir en los trastornos de la audición, y debe mantener una formación actualizada para adaptarse a los avances tecnológicos y terapéuticos.
El CLC impulsa la investigación sobre la prevalencia, el impacto funcional, la evaluación y la intervención en la hipoacusia, y promueve la creación de instrumentos adaptados al contexto lingüístico y cultural.
El CLC defiende un abordaje interdisciplinario y basado en la evidencia científica para la pérdida auditiva, con la participación de la familia e insta a evitar prácticas con escasa validez.
Gradación de severidad, consecuencias y soportes
Se ha optado por presentar de forma diferenciada los tres grandes grupos poblacionales sobre los que trata este documento: niños (< 18 años), adultos y personas mayores (> 64 años).
Grado 0: mínima limitación para la audición
Leves alteraciones articulatorias que no limitan la inteligibilidad. Sin limitación con ayuda protética y si el interlocutor tiene en cuenta su problema.
Niños con pérdida auditiva leve
Supone una limitación mínima para la recepción-articulación. En el caso de los niños menores de seis años, es recomendable llevar a cabo una evaluación logopédica y un seguimiento de la evolución lingüística del niño, ya que, si bien la pérdida auditiva no es importante en este momento, si las circunstancias evolutivas durante esta etapa no son favorables o si la pérdida es progresiva puede repercutir negativamente en la adquisición del habla.
Adultos con pérdida auditiva moderada
Supone una limitación mínima para la recepción-articulación. El paciente es capaz de expresarse con claridad y de comprender los mensajes en la mayoría de las situaciones normales de comunicación diaria con lenguaje oral. El habla puede presentar alteraciones leves en la articulación o la prosodia, aunque no se llegan a determinar limitaciones relevantes en la inteligibilidad. En el caso de que use prótesis auditivas, el paciente aprovecha esta ayuda y puede mantener una conversación con conocidos y extraños.
Personas mayores con pérdida auditiva leve
Supone ciertas limitaciones para la recepción-articulación. El paciente puede presentar limitaciones en la recepción de la lengua oral, especialmente cuando se encuentra en entornos ruidosos. Esta limitación puede verse agravada si presenta otras afectaciones, especialmente deterioro cognitivo leve. En cuanto al habla, la afectación es inapreciable.
Grado I: moderada limitación para la audición
Alteraciones en la articulación y prosodia sin repercusión relevante en la inteligibilidad. Requiere estrategias específicas (lenguaje, inferencia, etc.) y la colaboración del interlocutor. Con esfuerzo, puede hablar sobre temas conocidos con conocidos y extraños.
Niños con pérdida auditiva moderada
Supone una limitación mínima para la recepción-articulación. En la medida en que el paciente va adquiriendo lenguaje, puede ser capaz de expresarse con claridad y comprender los mensajes en la mayoría de las situaciones normales de comunicación diaria con lenguaje oral. El habla puede presentar alteraciones leves, pero no suelen llegar a determinar limitaciones relevantes en la inteligibilidad. Con el uso de las prótesis auditivas podrá mantener una conversación con conocidos y extraños. Es necesario realizar seguimiento logopédico.
Adultos con pérdida auditiva moderadamente severa
Supone una limitación moderada para la recepción-articulación. El paciente es capaz de expresarse con claridad y comprender los mensajes en muchas de las situaciones habituales de la comunicación diaria mediante el lenguaje oral. El habla puede presentar alteraciones en la articulación y en la prosodia, pero no llegan a determinar limitaciones relevantes en la inteligibilidad. El paciente lo complementa con lectura labial y otras estrategias, de forma que es capaz de mantener con esfuerzo una conversación con conocidos y extraños sobre temas conocidos siempre que el hablante tenga en cuenta su déficit auditivo y que el paciente haga uso de prótesis auditivas convencionales.
Personas mayores con pérdida auditiva moderada
Supone una limitación moderada para la recepción-articulación. El paciente puede presentar alteraciones leves en la articulación o la prosodia del habla, aunque no llegan a determinar limitaciones relevantes en la inteligibilidad. En cuanto a la comprensión, esta suele estar afectada. Puede mantener una conversación con conocidos y extraños, pero suele tener ciertas dificultades para mantener el hilo, especialmente si intervienen diferentes interlocutores. Es necesario el uso de audífonos y la rehabilitación auditiva consiguiente. La probabilidad de presentar deterioro cognitivo es el doble que en personas de la misma edad sin discapacidad auditiva.
Grado II: severa limitación para la audición
Alteraciones en la articulación y prosodia que limitan levemente la inteligibilidad. Puede resolver algunas de las situaciones de comunicación con lenguaje oral o gestual. Máximo rendimiento del implante coclear. Si es necesario, usa el lenguaje gestual para lograr una comunicación plena.
Niños con pérdida auditiva moderadamente severa
Supone una limitación moderada para la recepción-articulación. En la medida en que el paciente va adquiriendo el lenguaje, probablemente presentará dificultades para expresarse con claridad y para comprender los mensajes en muchas de las situaciones habituales de la comunicación diaria con lenguaje oral. Las personas afectadas pueden presentar alteraciones en el habla, alteraciones en la articulación y en la prosodia, que comprometen la inteligibilidad. La lectura labial puede ser necesaria. En situación escolar los aprendizajes se pueden ver comprometidos si no hay un seguimiento y, muy probablemente, un soporte específico. La intervención logopédica o el seguimiento logopédico son necesarios.
Adultos con pérdida auditiva severa
Supone una severa limitación para la recepción-articulación. El paciente es capaz de expresarse con claridad y de comprender los mensajes en algunas de las situaciones normales de comunicación diaria con lenguaje oral o con la ayuda del gesto. Las personas afectadas pueden presentar alteraciones en la articulación y en la prosodia que dificultan levemente la inteligibilidad.
Si es usuario de audífonos o de implante coclear, estos le permiten mantener una conversación con personas conocidas en ambiente adecuado siempre que se tenga en cuenta su limitación. Si su lenguaje es gestual, se puede comunicar plenamente en el entorno lingüístico que le es afín, aunque encuentra dificultades relevantes para comunicarse en medios exclusivos de lenguaje oral.
Personas mayores con pérdida auditiva moderadamente severa
Supone una severa limitación para la recepción-articulación. El paciente suele presentar dificultades para expresarse con claridad y comprender los mensajes orales en muchas de las situaciones habituales de la comunicación diaria. La lectura labiofacial como complemento puede ser una ayuda, pero hay que prever dificultades visuales debidas a la presbicia. La probabilidad de presentar deterioro cognitivo es el triple que en personas de la misma edad sin discapacidad auditiva.
Grado III: grave limitación para la audición
Alteraciones en la prosodia o articulación que limitan claramente la inteligibilidad en medios desfavorables. Puede resolver pocas situaciones con lenguaje oral o gestual. Rendimiento limitado del implante coclear, incluso con lectura labial. Utilización del lenguaje gestual para una comunicación limitada a su entorno lingüístico.
Niños con pérdida auditiva severa
Supone una severa limitación para la recepción-articulación. En situaciones normales de comunicación, el paciente puede presentar serias dificultades para expresarse con claridad y comprender los mensajes formulados en lenguaje oral. El habla presenta alteraciones en la articulación y en la prosodia que dificultan notablemente la inteligibilidad.
Podrá mantener una conversación con la ayuda de prótesis auditivas convenientemente adaptadas y rehabilitación logopédica. Si el paciente utiliza la lengua de signos, se puede comunicar plenamente en el entorno lingüístico que le es afín, aunque encuentra dificultades relevantes para comunicarse en medios exclusivos de lenguaje oral.
Adultos con pérdida auditiva profunda
Supone una grave limitación para la recepción-articulación. El paciente tiene importantes dificultades para expresarse con claridad y comprender los mensajes en las situaciones cotidianas de comunicación a través del lenguaje oral. El habla presenta alteraciones en la articulación y en la prosodia que dificultan de forma relevante la inteligibilidad en circunstancias desfavorables. Si es usuario de audífonos o de implante coclear puede mantener una conversación con personas conocidas en un ambiente adecuado, con el apoyo de la lectura labial, sobre temas conocidos y siempre que se tenga en cuenta su limitación. Si utiliza la lengua de signos, puede comunicarse plenamente en el entorno lingüístico que le es afín, aunque encuentra dificultades graves para comunicarse en medios exclusivos de lenguaje oral.
Personas mayores con pérdida auditiva severa
Supone una grave limitación para la recepción-articulación. El paciente suele presentar muchas dificultades para expresarse con claridad y comprender los mensajes orales en muchas de las situaciones habituales de la comunicación diaria. El habla presenta alteraciones en la articulación y en la prosodia que dificultan fuertemente la inteligibilidad.
Si es usuario de audífonos o de implante coclear, estos le permiten mantener una conversación con personas conocidas en un ambiente adecuado, siempre que se tenga en cuenta su limitación. La probabilidad de presentar deterioro cognitivo es cinco veces superior a la de las personas de la misma edad sin discapacidad auditiva.
Grado IV: total limitación para la audición
No es capaz de comprender ni de expresarse con suficiente claridad en ninguna situación normal. Ningún rendimiento protético. No utiliza la lectura labial ni otras estrategias. Uso del lenguaje gestual para una comunicación limitada a aspectos concretos estrechamente ligados al contexto y a su entorno lingüístico.
Niños con pérdida auditiva profunda
Supone una grave limitación para la recepción-articulación. No es capaz de expresarse con claridad ni de comprender los mensajes en ninguna de las situaciones habituales de comunicación a través del lenguaje oral. El habla presenta alteraciones en la articulación y en la prosodia que dificultan de forma relevante su inteligibilidad. La rehabilitación logopédica es imprescindible.
El uso de audífonos o implantes es imprescindible. Puede mantener una conversación con personas conocidas en ambiente adecuado, con el apoyo de la lectura labial, sobre temas conocidos y siempre que se tenga en cuenta su limitación. Si utiliza la lengua de signos, puede comunicarse plenamente en el entorno lingüístico que le es afín, aunque encuentra dificultades graves para comunicarse en medios exclusivos de lenguaje oral.
Niños con sordera o pérdida auditiva total
Supone una limitación muy grave para la recepción-articulación. El paciente no es capaz de expresarse con claridad ni de comprender los mensajes en ninguna de las situaciones habituales de comunicación a través del lenguaje oral. El uso de audífonos o de implantes es imprescindible, así como la rehabilitación logopédica. Si el paciente utiliza exclusivamente la lengua de signos, puede comunicarse plenamente en el entorno lingüístico que le es afín, pero encuentra dificultades graves para comunicarse en medios exclusivos de lenguaje oral.
Adultos con sordera o pérdida auditiva total
Supone una limitación muy grave para la recepción-articulación. El paciente no es capaz de expresarse con claridad ni de comprender los mensajes en ninguna de las situaciones habituales de comunicación a través del lenguaje oral. El uso de audífonos o implantes es imprescindible. Si el paciente utiliza exclusivamente la lengua de signos, puede comunicarse plenamente en el entorno lingüístico que le es afín, pero encuentra dificultades graves para comunicarse en medios exclusivos de lenguaje oral.