8. Trastornos del desarrollo del aprendizaje

Los TDAp deben abordarse no solo mediante intervenciones directas, sino también actuando en el entorno educativo y familiar, que desempeña un papel fundamental en el progreso y la participación del alumno. Acompañar al niño o adolescente en su contexto cotidiano es esencial para reducir barreras y favorecer el uso funcional de las habilidades trabajadas.

Entorno escolar

Para que el centro educativo sea un espacio facilitador del aprendizaje se recomienda:

• Adaptaciones metodológicas y curriculares, como ampliar el tiempo de las actividades escritas, reducir la carga lectora o permitir el uso de soportes tecnológicos.
• Desdoblamientos, soporte dentro del aula y agrupamientos flexibles, que permitan atender mejor las necesidades individuales sin aislar al alumno.
• Uso de estrategias visuales y verbales para enseñar conceptos y habilidades, sin reducir los criterios educativos.
• Evaluación personalizada que tenga en cuenta las necesidades del alumnado y utilice procedimientos alternativos cuando sea necesario.
• Colaboración con el EAP y otros servicios educativos y sanitarios, para garantizar un abordaje integral y coherente.
• Formación específica del profesorado en dificultades de aprendizaje y estrategias de inclusión.
• Intercambio regular de información entre la escuela, las familias y otros profesionales implicados (logopedas, pediatras, servicios de orientación, etc.).

Entorno familiar

La familia debe ser un agente activo e informado durante todo el proceso. El objetivo no es sustituir la intervención especializada, sino crear un entorno coherente y sensible que favorezca el éxito de la intervención y la adaptación académica y social. Es importante:

• Ofrecer información clara y accesible sobre el trastorno y las estrategias recomendadas.
• Fomentar rutinas de lectura, escritura y cálculo en un ambiente positivo, sin presión ni comparaciones.
• Adecuar el espacio de estudio y facilitar el acceso a materiales adaptados.
• Utilizar tecnología de soporte en casa, como libros electrónicos, lectores de texto, grabadoras de voz o aplicaciones educativas.
• Coordinarse con la escuela y los profesionales para reforzar en casa las habilidades trabajadas.
• Prestar atención al impacto emocional y motivacional que pueden tener las dificultades en la autoestima y la autoconfianza del niño.

El CLC aconseja a los profesionales clínicos, investigadores y estudiantes que realicen estudios sobre la intervención en el entorno.