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Declaración de posicionamientos y buenas prácticas en el ejercicio profesional de la logopedia

6. Trastornos del Espectro Autista

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El logopeda es el profesional sanitario competente para el cribado, la evaluación, el diagnóstico y la intervención en las dificultades de comunicación, interacción y alimentación relacionadas con el autismo, y debe contar con una formación actualizada, especializada y basada en la evidencia.

El CLC impulsa la investigación sobre la prevalencia, el cribado, la evaluación funcional, la calidad de vida y la intervención logopédica en el autismo, promueve el desarrollo de instrumentos adaptados lingüística y culturalmente.

El CLC defiende un abordaje interdisciplinario, centrado en la persona y su familia, que reconozca el valor de la neurodiversidad. Insta a evitar el uso de prácticas carentes de evidencia científica o alejadas de los estándares actuales de calidad asistencial.

Gradación de severidad, consecuencias y soportes

Grado 0 - leve: requiere soporte mínimo o puntual

  • Comunicación social: dificultades leves o muy leves en la interacción social espontánea. Puede presentar respuestas atípicas o dificultades para entender normas sociales sutiles, pero suele funcionar con autonomía en entornos estructurados.
  • Comportamientos restrictivos y repetitivos: poco frecuentes y con impacto escaso o nulo en la vida diaria. Puede gestionar cambios con estrategias aprendidas.
  • Consecuencias: impacto leve o nulo en la participación social o educativa. Puede necesitar adaptaciones leves o supervisión puntual.


Grado I - moderado: requiere soporte generalizado

  • Comunicación social: dificultades evidentes para iniciar y mantener conversaciones o relaciones. Puede mostrar rigidez en la comunicación y problemas para interpretar emociones o señales no verbales.
  • Comportamientos restrictivos y repetitivos: presentación más frecuente que interfiere moderadamente en la rutina. Adaptación difícil a los cambios sin anticipación o soporte.
  • Consecuencias: limitaciones funcionales en contextos sociales o escolares, con necesidad de soporte regular, estructuración y supervisión.


Grado II - grave: requiere soporte sustancial

  • Comunicación social: deficiencias significativas en comunicación verbal y no verbal. Necesita soporte para mantener interacciones básicas. Poco uso espontáneo del lenguaje funcional.
  • Comportamientos restrictivos y repetitivos: frecuentes e inflexibles. Difícil gestión emocional frente a cambios. Puede presentar crisis o conductas disruptivas.
  • Consecuencias: impacto funcional importante en la vida escolar, familiar y social. Requiere soporte continuado y adaptaciones especializadas.


Grado III - muy grave: requiere soporte intensivo

  • Comunicación social: comunicación funcional muy limitada. Escasa iniciativa comunicativa, incluso con soporte. Puede necesitar SAAC o métodos alternativos para comunicarse.
  • Comportamientos restrictivos y repetitivos: graves, constantes y altamente interferentes. A menudo asociados a problemas de conducta o reacciones intensas ante los cambios.
  • Consecuencias: alta dependencia en actividades cotidianas. Necesita soporte intensivo individualizado en todos los entornos, incluido el domicilio.


Grado IV - extremo: requiere soporte total y especializado

  • Comunicación social: práctica ausencia de comunicación funcional, incluso con soportes. Dificultades graves para establecer cualquier clase de interacción significativa.
  • Comportamientos restrictivos y repetitivos: extremadamente intensos y disruptivos, a menudo con riesgo para su propia seguridad o la de los demás. Comorbilidad con trastornos graves de conducta o de salud mental.
  • Consecuencias: dependencia absoluta. Requiere intervención constante, recursos especializados y entornos altamente estructurados (centros específicos o soporte residencial).