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Declaración de posicionamientos y buenas prácticas en el ejercicio profesional de la logopedia

4. Trastornos lingüístico-cognitivos adquiridos

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El logopeda es el profesional sanitario competente para prevenir, diagnosticar e intervenir en los trastornos lingüístico-cognitivos adquiridos, y debe mantener una formación especializada y actualizada para atender las necesidades específicas de personas con deterioro cognitivo, demencias o fragilidad asociada a la edad.

El CLC impulsa la investigación para conocer la prevalencia local, desarrollar instrumentos de evaluación adaptados a los contextos lingüísticos y culturales, así como establecer intervenciones basadas en la evidencia científica, orientadas a mejorar la comunicación y la calidad de vida de las personas afectadas.

El CLC defiende un abordaje interdisciplinario para garantizar una atención integral, con la coordinación de logopedas, neurólogos, geriatras, rehabilitadores, psicólogos, trabajadores sociales, enfermeros y otros profesionales, y promueve la formación en conversación asistida para una mejor interacción con pacientes frágiles o con limitaciones comunicativas.

Gradación de severidad, consecuencias y soporte

Grado 0: limitación mínima para entender y expresarse

Ocasionalmente, se manifiestan alteraciones en la articulación, palabras poco precisas, alteraciones leves en sintaxis o dificultad leve en comprensión de frases o expresiones complejas. El paciente puede expresar dificultades subjetivas no evidentes para el oyente. El paciente continúa participando en las actividades de la comunidad.

Grado I: alteración moderada para entender o expresarse

Se trata de personas independientes que se quejan de sentirse ralentizadas, con sensación de cansancio, pérdida de peso no intencionada o inseguridad para salir a la calle. Fluencia baja o limitaciones en la comprensión. Dificultades para encontrar la palabra adecuada con un discurso impreciso, articulación lenta con esfuerzo articulatorio y, a menudo, distorsionada. Presenta dificultades en la comprensión que pueden ser evidentes para el interlocutor. Las dificultades se compensan con ayuda del interlocutor o por las estrategias que adquiere el paciente. Los pacientes en este grado no son regularmente activos más allá de la rutina.

Grado II: limitación severa para comprender o expresarse

Son personas que han disminuido la velocidad de marcha, necesitan ayuda en diferentes actividades instrumentales (salir a comprar, uso de transporte público, tareas domésticas, etc.) y pueden presentar una limitación grave de la expresión o la comprensión, que hacen casi imposible seguir una conversación. La conversación se limita a temas cotidianos y muy conocidos por el paciente. La comunicación se ve severamente alterada con interlocutores no familiarizados con la problemática. Normalmente, han reducido bastante sus actividades sociales y comunitarias.

Grado III: limitación grave para comprender y expresarse

Se trata de personas que necesitan ayuda para todas las actividades dentro y fuera de casa. Frecuentemente, tienen problemas para subir y bajar escaleras. Necesitan asistencia para bañarse o vestirse. Lenguaje reducido a palabras aisladas con errores articulatorios o parafasias que pueden dar lugar a jerga. Comprensión muy limitada, atiende solo órdenes simples. Con ayuda, el paciente puede mantener una mínima conversación sobre temas muy conocidos; no consigue expresar las ideas, pero colabora con el examinador y comparte el peso de la conversación. Estos pacientes han reducido casi por completo sus actividades sociales y comunitarias.

Grado IV: limitación total para entender y expresarse

Estos pacientes son completamente dependientes en las actividades de la vida diaria o muy discapacitados. Puede darse falta total de lenguaje o reducido a estereotipias verbales. En otros casos, con nula comprensión y jerga con logorrea como única expresión. La comunicación se reduce a expresiones incompletas, el oyente necesita realizar inferencias, preguntas o adivinación. El intercambio de información es mínimo y el peso de la comunicación lo lleva el oyente.